La Copa Igualdad Globalcaja reúne en Puertollano al mejor baloncesto femenino

Las canchas de Castilla-La Mancha viven el resurgir del baloncesto femenino.

Tras unos años difíciles, donde la presencia de la mujer en más de un club llegó a desaparecer, de nuevo el baloncesto femenino ha cogido brío, gracias al empeño de personas que sienten verdadera atracción por la canasta y al impulso de patrocinadores como Globalcaja.

Nuestra entidad patrocina esta temporada la que se ha denominado Liga Igualdad Globalcaja, una segunda división, en la que compiten 12 equipos. El mejor clasificado al final de la temporada tiene la opción de ascender a primera nacional de Castilla-La Mancha y Extremadura, tal y como hizo el año pasado el CB Cuenca. 

Es una competición a doble vuelta, con equipos de Albacete, Toledo y Ciudad Real.

Los cuatro equipos mejor clasificados de la primera vuelta se disputarán este fin de semana, en el pabellón Luis Casimiro de Puertollano la Copa Igualdad Globalcaja, que hoy se presenta en el Ayuntamiento de Puertollano, con la participación de nuestras compañeras Rocío Castellanos y Celia Ortiz Moreno, directoras de la OP y la Urbana 1 de la localidad, respectivamente; así como representantes de la Federación de Baloncesto de Castilla-La Mancha.

La relación entre Globalcaja y la Federación de Baloncesto, va más allá del simple patrocinio, pues colaboramos con ellos habitualmente en fomentar la práctica del baloncesto, tanto en entornos urbanos, como rurales.

Con el respaldo a esta competición, Globalcaja lo que hace, en definitiva, es apostar por la igualdad real de oportunidades. "Tenemos la convicción de que si queremos construir una sociedad igualitaria, debemos contribuir a que haya espacios en los que las mujeres deportistas puedan ser profesionales si así lo desean", es el mensaje que expondrá Rocío Castellanos. La Copa Igualdad Globalcaja es, además, una fantástica excusa para visitar Puertollano.

Lucharán por la Copa Igualdad Globalcaja el Basket Puertollano, que además ejerce de anfitrión, junto al EBA (Escuela de Baloncesto de Albacete); el CEI Toledo y el Baloncesto Talavera. ¿Quién será el ganador de esta primera Copa Igualdad Globalcaja?

Desde Globalcaja creemos que solo por haber llegado hasta aquí, todas ellas son ganadoras.

Entre las jugadoras que saldrán a dar lo mejor de sí mismas estará Miriam Muñoz que milita en el Basket Puertollano y que forma parte de la Federación de Baloncesto de Castilla-La Mancha.

Su ambición, nos cuenta, es que las chicas de 18 años de Castilla-La Mancha no se tengan que marchar fuera a jugar al baloncesto, -“como me ocurrió a mí”, confiesa-, y para conseguirlo es necesario que los clubes promuevan los equipos femeninos en todas las categorías, para que las niñas tengan opciones de seguir jugando y compitiendo en categorías superiores. 

Miriam empezó a jugar de niña y con 18 años se marchó a Segovia donde compatibilizó estudios y baloncesto; durante un tiempo fue profesional, hasta que problemas en la espalda le impidieron seguir jugando al máximo nivel.

Pero su pasión por el balón naranja es tal que ahí sigue, compatibilizando trabajo, familia y baloncesto, sacando tiempo de donde no tiene para ir a entrenar y competir. 

Su relato es muy similar al de otras muchas jugadoras. Basta con escuchar a Cristina Álvaro, veterana jugadora del CB Cuenca Femenino, fundado hace 45 años y que es uno de los clubes más antiguos de la región. El equipo cuenta con el patrocinio de la Fundación Globalcaja. 

Cristina tiró por primera vez a una canasta con 10 años y a sus 32 años sigue haciéndolo con la misma pasión, siempre vinculada al mismo club, “el baloncesto me ha dado muchos valores, compromiso con el equipo; compañerismo; habilidades para resolver conflictos y respeto hacia las normas, es mucho lo que me ha aportado”. Tan solo una lesión de rodilla la retiró durante unos años del baloncesto, pero ahí sigue, jugando al máximo nivel.

Cristina Álvaro y su equipo, el CB Cuenca Femenino, lograron la temporada pasada –precisamente, frente al Basket Puertollano-, el ascenso a Primera Nacional. “Es una liga competitiva y exigente, con equipos semiprofesionales, pero ahí estamos, en un aprendizaje continuo”, dice la veterana conquense, que al igual que Miriam, tiene que compatibilizar el baloncesto, con su trabajo como educadora social. “El baloncesto, aunque es mi pasión, es solo un hobby, lo que me da de comer es mi trabajo, es más, muchas veces para jugar te toca poner dinero para desplazamientos y cosas así”, relata Cristina. 

Sus testimonios, son buen ejemplo de la capacidad de sacrificio y el compromiso de estas jugadoras aficionadas que, con su persistencia, han hecho posible este resurgir del baloncesto en Castilla-La Mancha, donde, ahora sí, existe un interesante tejido de clubes que facilita que las niñas se inicien en esta disciplina deportiva y tengan referentes a los que seguir.