La Oficina 3110 estrena las espectaculares instalaciones del edificio corporativo de Globalcaja en Ciudad Real

 

Entre las calles Olivo y Alarcos apenas hay 60 metros de distancia física, sin embargo, su recorrido ha sido un viaje abismal para el equipo de la Oficina 3110.

“Teníamos una oficina de ‘Cuéntame lo que pasó’ y ahora nos hemos trasladado a una nave espacial”. Con esta descripción tan gráfica, su director, Diego Sánchez, nos cuenta qué han sentido al instalarse en el renovado edificio de la calle Alarcos. 

Diego está al frente de un equipo de cinco personas, -la casualidad ha querido que todas ellas sean mujeres-. El lunes, 8 de mayo, su destino laboral cotidiano cambió del número 8 de la calle Olivo a la planta baja del edificio corporativo de Globalcaja en Ciudad Real, el emblemático edificio del reloj, ubicado en el número 23 de la calle Alarcos.

 

Espectacular regreso a sus orígenes
El origen de esta oficina está precisamente en la calle Alarcos, donde se creó hace 40 años. Pronto se quedó pequeña y se trasladó a la calle Olivo, donde ha estado operativa unos 35 años, periodo en el que las instalaciones han permanecido inalterables. 

“La oficina de la calle Olivo se había quedado muy antigua”, confiesa Diego, que se muestra encantado con la mudanza, “es un cambio de concepto radical, porque el nuevo modelo de oficina de Globalcaja es muy bonito y visual”, describe. Además, con la nueva ubicación en la calle Alarcos, han ganado en visibilidad, pues se sitúan en una de las principales arterias de Ciudad Real, de camino a la Plaza Mayor y en las inmediaciones de las dependencias administrativas de la Junta de Comunidades y del frecuentado hotel NH. 

A eso sumamos el empaque que tiene este edificio, que va camino de cumplir el centenario: fue diseñado en 1932 como casa familiar, en 1945 pasó a albergar un sanatorio, hasta que en 1980 lo adquirió la entonces Caja Rural de Ciudad Real.

 

 

“El cambio ha sido tan espectacular, que hay personas que, sin ser clientes, han pasado a la sucursal para ver cómo ha quedado y su cara de asombro e ilusión lo dice todo”, confiesa con orgullo su director, que ante todo está encantado con el espacio y la luminosidad de la que ahora disfrutan para hacer su trabajo y atender a sus clientes.

En la rehabilitación del edificio, que en las plantas superiores alberga servicios territoriales y espacios institucionales, se ha cuidado especialmente la eficiencia energética y el aprovechamiento de la iluminación natural.

El resultado ha sido una oficina que ofrece un mayor confort a profesionales y clientes, con espacios abiertos y luminosos, pero también zonas de mayor confidencialidad, además de una sala para reuniones y formación.

 

El equipo de la 3110 
Conocemos a quienes 'habitarán' esta nueva sucursal. Empezamos por su director, Diego, salmantino de nacimiento, pero ciudadrealeño de adopción, pues lleva establecido 17 años en la ciudad manchega. Se inició en este sector en Caja Rural de Zamora, pasó por Banesto, hasta que, en septiembre de 2006, se incorporó a nuestra entidad, asumiendo la dirección de esta oficina al año siguiente. Y, hasta hoy, que continúa al frente de un equipo de cinco personas.

 

 

Profesional también de larga trayectoria en la entidad es Elisabet Díaz Calcerrada, que asume las labores de intervención, “tiene una gran capacidad de sacar trabajo, magnífica profesional y con muy buenos conocimientos”, describe el director. 

 

En labores comerciales encontramos a Elisa Sebastia Ríos, experta en banca privada, y María Luisa Castiñeiras, de más reciente incorporación, lleva año y medio en el equipo, “experta e incisiva gestora”, dice de ella su director. El equipo lo completan Raquel Álvaro y María Teresa Ruiz, al frente de las labores de caja, funciones que María Teresa venía haciendo ya en la 3117, hasta su integración en este equipo. 

"No me puedo sentir más orgulloso de este equipo, aquí no hablamos de paridad, sino de que tengo a las mejores profesionales”, subraya el director de la oficina, que destaca el buen clima de trabajo, la comunicación y el diálogo que han alcanzado, “nos conocemos desde hace muchos años, es un equipo muy competente y existe una gran confianza entre nosotros, eso hace que la oficina fluya y tengamos un buen ambiente”.

 

 

 

Su máxima: relaciones a largo plazo
Teníamos el “contenido”, el equipo humano, y ahora, con el traslado a las nuevas dependencias, han cerrado el circulo de mejorar el “continente”. Todo para dar lo mejor de sí a sus clientes, entre los que abundan empresas y particulares con cuentas importantes. 

“Tenemos clientes muy relevantes, incluso en el panorama nacional”, describe Diego Sánchez, -entre ellos, está Pedro de Borbón-Dos Sicilias, que en Ciudad Real gestiona bienes rurales y fincas cinegéticas. 

“Nuestra filosofía es fomentar las relaciones a largo plazo, digamos que es aplicar ese eslogan de la caja de banca de personas, para personas, construyendo relaciones personales, basadas en la confianza, que se conviertan en nuestro elemento diferenciador”, destaca el director, que insiste en que “las relaciones a corto plazo, eso de ganar un cliente por el precio, -aunque a veces haya que hacerlo-, no es lo que nos gusta; porque ese cliente, que te viene por el precio de una hipoteca, poco te va a dejar, preferimos buscar conexiones profesionales más estrechas, que nos recomienden, el boca a boca aquí, en Ciudad Real, funciona”. 

En definitiva, se trata de seguir la senda de lo que se ha sembrado: “somos una entidad muy reconocida, de largo plazo, unos abrieron en un momento dado y ya han cerrado, pero nosotros llevamos aquí muchos años y otros muchos que nos quedan”. 

Seguro que así será, ¡larga vida!