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Mar, 26/09/2023
El agua, ese líquido elemento, está tan ligado a Daimiel que incluso está en el origen etimológico de su nombre, que procede de un vocablo que significa prado húmedo cubierto de herbazales.
Dos ríos, el Guadiana y el Azuer, discurren por el término municipal de este municipio, enclavado en el Campo de Calatrava, que nos ofrece dos visitas inexcusables: la Motilla de Azuer y las Tablas de Daimiel.
Una vez en contexto, nos adentramos en esta localidad de cerca de 18.000 habitantes, para visitar su Oficina de Globalcaja, una sucursal donde se respira la marca por doquier, gracias a su reciente remodelación.
Visitamos esta oficina hace ya tiempo, en una mañana lluviosa. Se notaba, no solo por los paraguas, sino porque más de un agricultor había aprovechado que no podía hacer faenas en el campo, para resolver trámites en su entidad de referencia. En Daimiel, de esto se encarga sobre todo Julián Santos, su gestor de Banca Rural, situado en el primer puesto nada más acceder a la oficina. En esta sucursal se tramitan en torno a 350 expedientes de la PAC.
Nos recibe, siempre sonriente, su directora, Ana Belén Medina, entre saludos y conversaciones cruzadas con los clientes que llenaban una oficina en la que no quedó ni un puesto libre, ni un instante, a lo largo de nuestra visita.
El servicio de Caja lo atendía con amabilidad Longinos Lara Olmedo, paciente con cada persona. Muy cerca, Javier Villegas, gerente del servicio de oficina, lo mismo contesta al teléfono, que conversa con los clientes que requieren de sus servicios en mesa. Es un profesional de larga experiencia. Y, sin pausa, Miriam Manzano, resuelve gestiones -sobre todo- de empresas que confían sus trámites a Globalcaja.
La última incorporación al equipo ha sido Nazaret Ruiz Alegre, que va camino de cumplir su primer año en la oficina de Daimiel. Esta joven gestora comercial procede de la zona, de Bolaños de Calatrava, y tuvo su primer contacto con la entidad a través del programa de prácticas que ofrece Globalcaja a estudiantes de grados como el que ella cursó, Administración y Dirección de Empresas. Las prácticas dieron sus frutos y ahora Nazaret forma parte de la familia Globalcaja, esa familia que se caracteriza por el trato cercano hacia el cliente.
“En esta oficina, a todo el que entra por la puerta lo conocemos, porque todo el equipo es de Daimiel, excepto yo, que soy de Villarrubia de los Ojos, aunque Daimiel me ha acogido muy bien, mi marido es de aquí, mis amigos también y me siento querida”, nos cuenta la directora, antes de pasar a describir cómo es el tejido productivo de esta localidad de Ciudad Real.
Dos grandes empresas, ambas dedicadas en buena medida al sector vitivinícola, protagonizan la economía local: García Carrión y Alvinesa.
El grupo García Carrión tiene en Daimiel una bodega con capacidad para producir 225 millones de litros y una planta de zumos, además de su centro logístico mundial, desde donde a diario se mueven 250.000 cajas. Alvinesa no le anda a la zaga, pues dispone del mayor complejo del mundo dedicado al aprovechamiento integral de la uva.
Estas grandes cuentas empresariales se gestionan desde la Oficina de Empresas de Ciudad Real. La Oficina de Daimiel se centra con el resto de empresas de menor tamaño, profesionales autónomos y particulares.
La uva, el vino, marcan la economía local de Daimiel, un pueblo dinámico y activo, con una gran actividad comercial. El comercio tiene su peso en la economía local de Daimiel y aquí la oficina de Globalcaja ha ido ganando cuota de mercado, “hemos cogido muchos TPVs”, presume Ana Belén.
Vocación temprana por la banca
Daimileña de adopción, nos confiesa su vocación por la banca, desde una temprana edad. “Recuerdo cuando era niña, acompañar a mi madre al banco y preguntarle qué había que hacer para trabajar ahí”. Este sueño se hizo realidad, “empecé a trabajar una bodega y cuando salió el primer curso de técnico administrativo en entidades financieras no lo dudé, así fue como me ofrecieron hacer las prácticas en la Caja Rural y aquí me quedé”, resume la directora de esta Oficina, que se muestra encantada del trato con el público.
“Si me destinarán a un servicio sin atención directa, en Servicios Centrales, para mí sería un castigo”, asegura Ana Belén, a quien le gusta el trato con las personas y la cercanía y, sobre todo, se siente cómoda en la relación con las empresas empresariales. “Es distinto, -describe- al cliente particular tienes que explicarle muy bien cada producto; sin embargo, con una empresa, hablas a otro nivel, porque saben interpretar la información y te manejas en los mismos términos, y ese ámbito me gusta mucho”.
Una clientela muy diversa
Pero si por algo se caracteriza la Oficina de Daimiel es por su “diversidad”, recalca Ana Belén, aquí tenemos clientes de todos los perfiles y eso me gusta mucho.
Esa diversidad incluye clientes que otras entidades “tratan de expulsar, como los pensionistas, porque dan mucho trabajo, o las comunidades de vecinos, que es un tema que no te aporta negocio, pero sí que hemos notado que ese trato cercano y personal que damos, al final nos reporta nuevos clientes y nos hace crecer en cuota de mercado”.
“La gente –insiste- busca el trato personal y que le atiendan sin cita previa”.
Aun así, en la sucursal tratan de adiestrar al cliente para que utilicen los cajeros para ingresos y reintegros, también a través de la banca online, “pero a las personas mayores, les cuesta mucho”, admite Ana Belén.
No son los únicos en buscar trato personal, “tenemos empresas, que manejan dinero en efectivo y prefieren tener ese servicio personal en caja, que tener que hacer ellos el ingreso en el cajero y ahí entra nuestra habilidad comercial con el cliente, le damos el servicio, pero también le pedimos otras cosas, que nos traiga pasivo...”
En definitiva, empresas o agricultores, clientes jubilados o jóvenes con hipoteca, todos son bienvenidos en esta concurrida y dinámica sucursal.
¡Hasta pronto Daimiel!
Gran equipo y gran directora
Mar, 26/09/2023