Lun, 02/05/2022
María Rodrigo dirige la oficina de Poblete, un municipio de la provincia de Ciudad Real con unos 2.500 habitantes. Y lo hace con nuestro eslogan de marca, ‘Banca de personas, para personas’, como filosofía de vida. Para María, “más que clientes, muchas veces son amigos” y ella misma nos cuenta por qué.
María, natural de Talavera de la Reina, es ciudadrealeña de adopción. Fue allí a cursar sus estudios y desde entonces no ha dejado Ciudad Real. Empezó a trabajar en Globalcaja en 2007 en Banca Rural y, más tarde, pasó a formar parte de la Red. Ha sido compañera en la Zona 9, en la Zona 3 y ahora lo es de la Zona 10, a la que pertenece la 3128. Una oficina que, tal y como nos asegura, no cambiaría por nada.
Aunque de vez en cuando tiene la ayuda de algún compañero, es ella quien dirige el día a día de esta oficina. Su proximidad con Ciudad Real hace que sea muy transitada y gestiona clientes tanto de la propia oficina, como de otras en la capital. Durante su jornada laboral, ‘toca todos los palos’. Desde el trabajo rutinario de caja, que cuenta con gran afluencia de público, hasta la comercialización de planes de pensiones y seguros, pasando por testamentaria, financiación, créditos… Todo ello siempre con un objetivo claro, ofrecer a sus clientes diferentes productos y servicios que mejor se adapten a sus necesidades.
Al ser una población pequeña, en la que hay un gran porcentaje de personas de mayor edad, María atiende a mucha gente mayor que se siente “cómoda y segura” cuando llega a la oficina y está ella en ventanilla. Son personas que confían en nuestra compañera e incluso recurren a ella con sus cartas del médico o de otras instituciones para que se las lea y se las explique. “Estoy encantada de hacerlo. Siempre que les puedo ayudar en algo, lo hago para eso estamos”, afirma. Y es que, María intenta colaborar con sus clientes en todo lo que puede y eso se nota en el trato tan cercano que estos tienen con nuestra compañera. ¡Incluso la invitarían a comer a sus casas si fuera necesario! Una relación que solo se consigue entendiendo la cercanía con las personas de la manera en la que lo hace María, conociendo sus problemas diarios y preocupándose por ellos.
Banca de personas para personas
Durante nuestra visita, María nos contó alguna de las anécdotas que más le han marcado durante estos años. Un día, un señor de 89 años de desmayó en la oficina. Tras intentar reanimarlo y salió a la calle en busca de ayuda, llamó al 112 y, tras contarles lo que había pasado, realizó las instrucciones que le fueron indicando y logró estabilizarlo. Finalmente llamó a su familia, que pasó a buscarle. Más tarde, María supo que había estado toda la mañana trabajando en el campo y que el cansancio y el calor fueron los causantes de este desvanecimiento que, por suerte, se quedó en un susto. María tiene una buena relación con esta persona, que está muy agradecida, y suele llevarle frutas y hortalizas de su huerta de vez en cuando.
El cobro de la pensión también suele dejar historias curiosas. Lo primero que le piden los clientes es que se les abone el pago de la pensión y luego, una vez realizado, que calcule el total de sus recibos. “Es gracioso ver cómo, antes de realizar sus pagos, primero se aseguran de haber cobrado”.
Nos cuenta también que al lado de la oficina hay una residencia de la tercera edad y a un residente, cliente habitual, le cambiaron de hogar. Acostumbrado a ir a ver a María para cobrar su pensión, los días que puede se desplaza desde Miguelturra a Poblete para seguir siendo atendido por ella, con quien, tal y como le reconoce a nuestra compañera, se siente bien tratado y así de paso, dice, también la saluda.
Y es precisamente el trato y la cercanía que tanto María como otros compañeros y compañeras tienen con nuestros clientes lo que hace que nos sintamos orgullosos de pertenecer a Globalcaja y realizar nuestro trabajo diario con los valores que nos definen. Y tú, ¿tienes alguna anécdota que quieras compartir con nosotros? ¡Cuéntanosla! Te leemos.
3 Valoraciones
¿Qué te ha parecido?
Deja tu opinión