Si tienes una Harley, “te gusta conducir”

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Lun, 30/05/2022

A nuestro invitado de hoy le encanta su trabajo, pero tiene una pasión mucho mayor: las motos. Un compañero que suma ya una experiencia de 15 años trabajando en Globalcaja y que, durante todo este tiempo en la entidad, ha pasado por varias etapas: empezó en Socuéllamos, donde nació, estuvo 12 años en Tomelloso, cuatro como director, y actualmente, en Bolaños de Calatrava, donde lidera la oficina desde el año 2020. ¿Sabes ya de quién se trata? Hablamos de José Vicente Carrascosa.

Soy motero desde que nací. Mi padre siempre tuvo moto y me contaba historias relacionadas con el motor. Incluso recuerdo comprarme cada semana la revista Motociclismo con las pocas monedas que me daban en casa por hacer recados”. En la adolescencia tuvo su primera moto, la típica de cross para pasear por los caminos del pueblo, pero pronto se le quedó pequeña y, en cuanto comenzó a ser independiente económicamente, se lanzó a comprarse la que sería su primera moto custom. 

José Vicente Carrascosa

En el momento de decidir cuál comprar, José tuvo algunas dudas y estuvo a punto de decantarse por una de carretera, en concreto por la Yamaha R1. Confiesa que se autoconvenció de que ese tipo de moto no era para él. “Cuando te gusta demasiado la velocidad, tienes que sujetarte los ‘machos’, como dicen en Tomelloso”, nos cuenta. Tras darle muchas vueltas, entendió que la sensación de ir en moto la puedes experimentar tanto con una de carretera como con otro tipo de motocicletas. 100% convencido de esto, José decidió meterse de lleno en este mundo. 

“Mi primera moto de verdad fue una custom. Me compré una Kawasaki VN900, con la que viajé por varias zonas de sierra y disfruté en soledad, ya que me gusta más viajar en solitario que acudir a concentraciones o eventos”.


Con esta moto se inició en el mundo de las motos ‘grandes’. Recorrieron juntos aproximadamente unos 15.000 kilómetros y fue su compañera cerca de cuatro años. “Es un tipo de motocicleta más clásica, con una posición más relajada, un manillar estilo ‘manos al aire’ y con las posibilidades de curvear más limitadas puesto que la distancia al suelo de los reposapiés es muy poca”. Él mismo reconoce cómo, en más de una ocasión, sus botas rozaron el asfalto.

Moto José Javier Carrascosa


Esta vida hay que disfrutarla

Con su primera compañera de viaje, que no superaba los 55 cv, José visitó varios lugares cercanos a su pueblo y se aventuró en un viaje de más de 300 kilómetros hasta la Sierra de Cazorla; disfrutando de un paraje natural incomparable y curveando entre árboles y vegetación.

Fue a raíz de un varapalo familiar, en el que José perdió a un familiar cercano, cuando le cambió el chip. “En ese momento entendí que esta vida hay que disfrutarla, y que no sabemos cuánto tiempo estaremos aquí, así que decidí comprarme una Harley”.

Una Harley, como modo de vida

“Harley es totalmente diferente a cualquier otro tipo de moto. En primer lugar, su sonido es inconfundible. Conducirla te da muchas más vibraciones, en bajas vueltas responde muy bien y te aporta sensaciones que no te da otra custom, porque la historia de Harley ahí está”. 

Además, del plus de seguridad, que es lo más importante. Según nos explica, con una Harley no puedes pasar de cierta velocidad. “La Harley llega a un límite en que la moto quiere más, pero la estructura no lo permite. Es de hierro. De hecho, por política de empresa el fabricante estadounidense no publica nunca el caballaje de sus motos”. Y éste es precisamente uno de los motivos por el que estas motos no están hechas para correr, sino para disfrutar a velocidad media de la libertad que se siente viajando con ella, de su característico sonido bronco, único e inigualable, de curvear y, en definitiva, de la sensación de placer y libertad que produce.

José Vicente Carrascosa

¿Sabías que un estudio de la Universidad de California concluye que montar en moto mejora la salud física y mental? Si no te lo crees, más allá de estudios, puedes preguntarle por aquel viaje que hizo, que le llevó a recorrer Valencia, Teruel, Zaragoza, Molina de Aragón, cruzando el Alto Tajo a través de una carretera que recuerda espectacular, y bajando hasta Cuenca y Socuéllamos. “Fue una travesía espiritual, uno de los viajes más impresionantes que he hecho”, asegura. “Me gusta conducir sin pantalla y sentir el aire en la cara y en ese viaje lo disfruté muchísimo”.

Con una mochila repleta de buenos recuerdos y experiencias vividas a lomos de su moto, José Vicente tiene claro que no cambiaría su Harley Davidson Forty Eight 1200 por nada. Aparte de las sensaciones que él mismo nos ha transmitido, quiere seguir gozando de ese compañerismo y buen rollo que se respira en este ambiente, “sobre todo en el mundo Harley”. 

Si has llegado hasta aquí y te has quedado con ganas de sentir el viento en la cara y de escuchar el rugir de la Harley en primera persona, solo tienes que pedirle que te dé una vuelta. Déjale un comentario, ¡seguro que ya está arrancando!

5 Valoraciones

Mié, 01/06/2022

Espero que sigas disfrutando muchos años de esa sensación de la que hablas, Yo soy todo lo contrario he subido 2 veces en moto y me he caído 3. Un abrazo José

Jue, 30/06/2022

Espero que de vez en cuando también puedas admitir a un compañero motero en tus rutas. Cuando quieras ruteamos un poco. GASS!!