De la hipoteca a la PAC, pasando por todo tipo de operaciones: aquí 'tocan' todos los palos

Pocos pueblos pueden presumir de tener un sonido propio. Hellín, la Ciudad del Tambor, es uno de ellos. Este sonido tiene tal importancia, que hasta ha sido reconocido como Patrimonio de la Humanidad, es el de sus tamboradas.

Un entorno natural rico en campos que antaño fueron de esparto y donde hoy se saca jugo a la tierra como en ningún otro lugar, se conjuga con un casco histórico de origen islámico repleto de callejuelas en las que perderse. Siguiendo una de ellas, llegamos hasta el número 7 de la calle Sol, donde se encuentra ubicada nuestra Oficina Principal.

El excelente emplazamiento de la Oficina Principal y su carácter universal hacen que tenga un gran tráfico de clientes durante la mayor parte del tiempo. También influye, según nos cuentan los compañeros de la 0029, que “seguimos siendo la única oficina que atendemos a nuestros clientes en cualquier momento”. Y es que es ésta precisamente una de nuestras señas de identidad: la cercanía.

Está capitaneada por José María Moyano, natural de Casas de Juan Núñez, que hace 13 años cambió su comarca de La Manchuela, por este municipio donde hacen sonar el tambor cada Semana Santa como en pocos lugares de España. 

José María tuvo su primera toma de contacto con Hellín en 2009 a través de la oficina de Globalcaja en la Gran Vía, hasta que en mayo de 2012 llegó a la oficina que hoy dirige. Aterrizó en esta localidad en plena crisis del ladrillo, no eran buenos tiempos a nivel económico, “a los tres días de llegar a Hellín, la empresa de mayor facturación que había en el pueblo, entró en concurso de acreedores”, recuerda hoy José María casi a modo de anécdota. 

Afortunadamente, en estos años, ha habido mucho que celebrar. “Lo que más me gusta de la banca, es poder decir que sí a esa persona que viene con toda la ilusión del mundo a contarte su proyecto, buscando respaldo, claro que no siempre es posible decir que sí”, confiesa José María, que no puede ocultar, por ejemplo, la satisfacción que le produce haber sido partícipe del reflote ciertas iniciativas empresariales. Es el caso de una Sociedad Agraria de Transformación que, gracias a la operación de Globalcaja salió adelante y hoy es uno de los clientes exclusivos de la entidad, “por una mala gestión, entraron en impagos y ese año nadie cobró la cosecha; vinieron a vernos y después de una negociación muy difícil, salió adelante, hoy esta empresa es un cliente VIP de nuestra oficina y pese a que han tenido ofertas, están comprometidos con nosotros”. 

Un equipo bien organizado
Seis son los empleados que dan sentido a esta oficina.  José María, que forma parte de la entidad desde 2006, -entró en el sector de la banca después de pasar por la división comercial de El Corte Inglés-, habla orgulloso de su equipo en el que, por edad, conviven tres generaciones. 

“Nos compenetramos y entendemos. Al final, con tanta cantidad de trabajo, lo importante es ser compañero”, dice.

El equipo está formado por Mariví Díaz, gestora especializada en agro y responsable de la PAC, agropymes y anticipos, entre otros servicios; Gema Jiménez y Rosa Sánchez, gerentes comerciales responsables de hipotecas en primera vivienda, consumo o campañas; y Paco Martínez y Ramón Izquierdo, quienes se encargan de las labores de oficina, como atención a los clientes y las tareas de caja.

En la actualidad, esta oficina cuenta con una cartera formada por cerca de 3.500 clientes activos, entre particulares y empresas, más de un 11% de toda la población del municipio, y con un perfil cada vez más diverso culturalmente, -el municipio tiene casi un diez por ciento de población extranjera, atraída fundamentalmente por su actividad agrícola-, y exigente en sus necesidades. 

“Históricamente somos una oficina que ha hecho muchísimas hipotecas en vivienda habitual y sector agroalimentario. Además, hay sectores que, sin duda, son afines a nosotros y estoy seguro de que los lideramos, en muchos sentidos, con respecto a otras entidades”, nos explica José María, que aprecia una “evolución, a pasos agigantados”, del negocio bancario y la propia entidad. 

“Antes la burocracia ocupaba mucho tiempo, ahora la parte comercial es más intensa, con un abanico enorme de operaciones; además, al haber crecido en tamaño podemos entrar en operaciones que hace años eran impensables”, reflexiona el director de la OP de Hellín. 

Del campo a la hipoteca, sin dejar de lado la actividad empresarial
El peso del sector agrícola es mucho en Hellín, un municipio que no tiene un sector industrial potente. “Agrícolamente estas tierras tienen un gran potencial, es una tierra muy rica y que en estos últimos tiempos está siendo muy buscada por empresas de la vecina Murcia, que vienen aquí buscando el agua que ellos no tienen, se pagan cantidades muy elevadas por las fincas de cultivo”, relata José María, que opina que el salto que le falta dar a Hellín es el de la transformación para la comercialización de esa producción agrícola. 

En la Oficina Principal de Hellín esta actividad tiene su reflejo, “a nivel agrario, somos referencia”, por supuesto, en gestiones que tienen que ver con la PAC, aunque cultivos como el melocotón, la cereza, el pimiento o el tomate, abundantes en Hellín, no perciben estas ayudas. 

Pero la Oficina Principal no se queda en el negocio vinculado al campo, ni mucho menos, “hacemos de todo, trabajamos con empresas de servicios, autónomos, comercio minorista…, desde la típica póliza de descuento comercial a leasing de camiones y autobuses, renting de maquinaria para pequeños autónomos, y por supuesto hipotecas de primera vivienda, que a nivel de consumidor es el producto estrella, porque es el que te mantiene vinculado al cliente durante 25 años. Detrás de la vivienda, viene el seguro del hogar, la tarjeta y la nómina, y después termina llegando el préstamo del coche”. 

Avanzando en digitalización
Como suele ocurrir en los pueblos, la media de edad de su población es más elevada y esto también se refleja en la oficina. Con clientes más mayores, la adaptación a las nuevas tecnologías es un proceso más lento. De esto precisamente nos habla Mariví Díaz, quien trabaja en Globalcaja desde el año 2009. Mariví y el resto de sus compañeros están haciendo un gran esfuerzo para enseñar a las personas más mayores a realizar gestiones sencillas tanto en el cajero como en la app sin necesidad de esperar a ser atendidos. Reconoce que se han incrementado mucho este tipo de trámites porque una vez que el cliente aprende a hacerlo por sí mismo percibe las ventajas rápidamente, “aunque cuesta que cierto perfil de clientes se adapte”.

Un equipo competitivo, ganas de conseguir objetivos y mucho trabajo definen a los profesionales de la Oficina Principal de Hellín. Sin duda, la cara visible de algunos de los valores más importantes de la entidad, como son la cercanía, el compromiso y la especialización.