Conocemos a un veterano equipo, testigo del relevo generacional de su clientela, en la Villa de la Zarzuela

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Vie, 13/01/2023

Dice la Real Academia que galán es un hombre apuesto y elegante, que se desenvuelve con gracia. En La Solana este vocablo de cinco letras sirve para mucho más. 

Hasta uno de sus vinos, elaborados por la cooperativa de Santa Catalina, han sido bautizados así, Los Galanes. Para los solaneros y solaneras, galán es sinónimo de confianza y cercanía, sinónimo de amistad. 

Equipo de la oficina de La Solana.

 

Y si de algo puede presumir la oficina de Globalcaja en esta localidad manchega que ronda los 17.000 habitantes es de eso: confianza, la que genera la veteranía de un equipo que comanda, desde hace 33 años, Ismael Lozano

Sus compañeros en la Oficina 2034 no le andan a la zaga en cuanto años de dedicación en esta sucursal. 

Visitamos La Solana en una lluviosa mañana, es casi mediodía, hora de echar el cierre, pero la clientela agota hasta el último instante para ser atendida.

En plena campaña de seguros agrícolas, Pedro García Cervigón, gerente comercial, conversa con un cliente detrás de otro. “¿Qué día llegaste a la oficina?”, le pregunta el director, “el 11 de marzo de 2004, cómo para olvidar la fecha”, dice recordando la coincidencia con los fatídicos atentados de Madrid.

Toñi Ramírez es la Gerente de Servicio de Oficina, conoce bien la Caja, lleva más de dos décadas en ella y la mayor parte del tiempo destinada en la oficina de La Solana. Detrás del mostrador, en la caja, están esta mañana Beatriz Ruiz, procedente de Valdepeñas, con 16 años de antigüedad en la entidad, y José Luis Camacho, de Manzanares, un experto en banca rural, con 31 años de trayectoria. 

El equipo lo completa Julián Naranjo, otro veterano, solanero para más señas, que cuenta su experiencia por décadas, superando la tres. 

Hecha las presentaciones, Ismael nos habla de La Solana, su pueblo de adopción, donde han nacido sus hijas y sus nietos. 

Imagen general de la oficina de La Solana.

 

La agricultura, fuente de vida
La Solana es el noveno municipio más poblado de la extensa provincia de Ciudad Real. Situado en la comarca de La Mancha, pero en la puerta de entrada del Campo de Montiel, en esta localidad la actividad principal es la agricultura, “el 80% de la economía aquí es agrícola”, sentencia Ismael que conoce como nadie el terreno donde pisa. 

Viña, sobre todo viña, es lo que cultivan los agricultores de La Solana; por supuesto, también melones, otro de los cultivos estrella de esta localidad, donde en estos últimos tiempos se están aventurando con el pistacho. No podían permanecer ajenos a la fiebre del cultivo de los frutos secos.

La actividad de la oficina de Globalcaja en La Solana es un espejo de la economía local. Cuando llega la temporada de la PAC, José Luis, el gestor de Banca Rural, se parapeta en su puesto de trabajo para atender a las decenas de clientes que pasan por sus manos. Solo de esta sucursal salen cerca de 600 expedientes que permiten a los agricultores percibir las ayudas de la Política Agraria Comunitaria y en seguros agrícolas, ya sean de cereal, hortícolas o uva, rubrican unas 150 pólizas. 

Pero la actividad de la oficina, a imagen y semejanza de la localidad, no es exclusivamente agrícola. “Hay también algunas empresas de construcción, las que sobrevivieron a la crisis del ladrillo”, nos cuenta Ismael, que aún recuerda como en los años del boom de la construcción, a diario hasta cinco y seis autobuses llenos de albañiles solaneros se desplazaban a diario a Madrid. “Salían de madrugada y volvían por la noche, sobre todo encofradores”, rememora. Con la crisis, aquello acabó, y los solaneros regresaron al terruño, siguieron trabajando en el campo.

Fachada de la oficina de Globalcaja en La Solana.

 

“Aquí la gente no se marcha, los solaneros se quedan en su pueblo y trabajan la tierra, también entre la gente joven, hay quienes incluso después de haberse ido a estudiar una carrera, deciden quedarse en el campo en lugar de cobrar un sueldo precario por ahí”, describe Ismael Lozano. Pero los agricultores de La Solana no se conforman con los campos de los 134 kilómetros cuadrados que conforman su término municipal, “se mueven buscando donde pueden cultivar y, sobre todo, donde hay agua, ya sea Daimiel o Valdepeñas”. 

Gracias a ello, el relevo generacional en el campo, en La Solana, es posible y en la oficina de Globalcaja son testigos de ello. “Hemos crecido juntos, nuestros clientes de siempre han incorporado a sus hijos y ahora son nuestros clientes, algo habremos hecho bien para que sigan con nosotros”, opina el director de la oficina, sin ocultar cierto orgullo por esta fidelidad, pero con humildad, “esto es como las decisiones de los árbitros, siempre habrá quien no esté conforme”. 

Pero lo cierto es que a Ismael le satisface que ese joven solanero, que ahora vive en Madrid, donde trabaja de maestro, al comprarse un piso, tenga a la oficina de Globalcaja de su localidad como referencia a la hora de pedir su hipoteca y vincularse a una entidad financiera, “aunque tengamos que reunirnos con él en sábado, porque entre semana vive fuera, es importante para nosotros que los hijos de nuestros clientes confíen en nuestra oficina, en gran medida, creo que es por ese trato cercano y de confianza que ofrecemos”.

Cine, vino y… zarzuela 

Esta cercanía con el cliente está en el ADN de Globalcaja, siempre comprometida con el territorio en el que se asienta. En este marco se sitúa el respaldo que nuestra entidad ofrece a dos eventos culturales de La Solana que son seña de identidad de este pueblo, el Festival de Cine y Vino, que va camino de la 19º edición, y su Semana de la Zarzuela que se celebra desde hace cuatro décadas.

 

No podemos olvidar que La Solana es la tierra donde nació ‘La Rosa del Azafrán’, un cultivo arraigado en este pueblo y que inspiró al solanero Federico Romero, creador de esta zarzuela que se estrenó en 1930 en el Teatro Calderón de Madrid, bajo la batuta de Jacinto Guerrero.

“Un lugar de la Mancha imaginario /

más cerca del Azuer que del Guadiana /

una comedia limpia, suave y llana /

como la tierra que le da escenario…”

 
Con estos versos arranca la famosa composición de ‘La Rosa del Azafrán’, resultando ser que esa tierra limpia, suave y llana no podía ser otra que la de La Solana. ¡Encantados de haberos visitado!
 

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Lun, 16/01/2023

Una oficina con un equipazo