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Mar, 23/05/2023
Si algo rezuma Andrés Medina Martínez es amor por su pueblo: Jorquera.
Colgado de la hoz del río Júcar, este pueblo de ancha historia, recibe al visitante haciendo valer su pasado. Las murallas almohades del siglo XII dejan ver el esplendor que tuvo Jorquera en la época musulmana.
Ese pasado vuelve al presente cada año, el 22 de mayo, y aquí entra en juego el papel de nuestro protagonista, que durante 33 años ha ejercido de Embajador Cristiano en la representación de los Alardes de Jorquera, una escenificación de la reconquista cristina de este importante territorio musulmán.
Con tan solo 16 años recibió este encargo. Un familiar, Pedro García, -también empleado de Globalcaja, ya jubilado-, le transfirió esta responsabilidad; la aceptó, se aprendió el guion y desde entonces lo ha representado cada 22 de mayo, durante más de tres décadas.
Incluso el 2020, con la pandemia, representó su papel, si bien entonces lo hicieron a través de videoconferencia, en una singular conexión.
Este 2023 ha sido el primer 22 de mayo que no ha ejercido como Embajador Cristiano, desde que asumió este encargo, pues ha decido entregar el testigo a su hijo Rodrigo, “él proyecta mucho la voz, está estudiando Diseño en Valencia y está acostumbrado a hacer trabajos de doblaje, así que entona muy bien”, nos cuenta Andrés, que ahora ya, en un papel secundario, se reserva como apuntador del protagonista.
“Los alardes son un texto muy largo y es costumbre que el Embajador que deja su papel, actúe como apuntador por si quien lo está representando se pierde”, desvela.
Batalla dialéctica
Andrés nos habla orgulloso de esta tradición festiva de los ‘moros y cristianos’ que hay en su pueblo y de la devoción por la Virgen de Cubas. Buena muestra de ello es que la Hermandad que organiza cada año esta festividad, que gira en torno a esta escenificación teatral, está formada por unas 500 personas, cuando en Jorquera apenas alcanzan los 300 habitantes.
La fecha de la celebración, el 22 de mayo, viene marcada porque ese día de 1645 el Ayuntamiento de Jorquera adoptó como patrona de Jorquera a la Virgen de Cubas. De lo que no hay constancia, es de cuándo data este texto que ha pasado de generación en generación, conservando esta tradición local.
En abril, la imagen de esta Virgen es trasladada de la pedanía de la Ribera de Cubas a Jorquera y el 22 de mayo regresa a dicha pedanía, en esta procesión-teatralizada que son los alardes.
“Aquí no peleamos, hay una batalla dialéctica”, insiste Andrés, que año tras año, estudiaba el mismo guion para poder representar lo mejor posible su papel de Embajador Cristiano, “siempre que se acercaba la fecha, al salir de trabajar de la Caja, en mi coche, de regreso a casa, iba recitando los alardes para recordarlos”.
La representación tiene varios momentos, se inicia a las 8 de la mañana en Jorquera, con una misa para despedir a la Virgen y, a continuación, se procede a la llamada a los Embajadores, para dar comienzo a esta escenificación.
Este singular teatro itinerante se representa en distintas ubicaciones entre Jorquera y la Ribera de Cubas, a lo largo de una docena de kilómetros; parajes como La Fuente, el Cerro de los Moros, la Casilla de Trujillo o la Casilla de Martirio, son escenarios donde el Embajador Cristiano y el Moro entablan esta disputa oral, que nos hablan del pasado medieval de este pueblo, anuncian la pérdida del castillo de Jorquera y finalizan con la conversión de los musulmanes al cristianismo.
El rancho, una comida organizada por la Hermandad de Moros y Cristianos, pone punto y final a esta singular fiesta de moros y cristianos que, en la comarca de La Manchuela, también ha conservado el pueblo de Abengibre.
Un veterano en la entidad
El entusiasmo con el que Andrés Martínez nos habla de esta singular tradición, deja ver lo importante que para él son sus raíces: “mi familia, mi pueblo y también mi trabajo en Globalcaja es, para mí, lo más importante”, asevera, a quien esta experiencia como Embajador Cristiano le ha dejado una huella profunda, “la llevo grabada en el corazón”, confiesa.
Andrés inició su andadura en nuestra casa en 1992, como no, en su pueblo, “en la Oficina 30, en la plaza, al lado de la iglesia”. Albatana y Alcalá del Júcar fueron sus siguientes destinos laborales, en cuyas oficinas ejerció la dirección, hasta que se le encomendó la tarea de abrir y poner en marcha la Oficina Urbana 13 de Albacete. Hoy su destino está en la Urbana 14, como Gestor Comercial, tras pasar un tiempo por la OP.
Damos las gracias a Andrés, por descubrirnos una de esas tradiciones locales, que marcan la vida de nuestros pueblos y que son seña de nuestra identidad.
¡Gracias, Embajador!
5 Valoraciones
Gran Embajador y Gran persona.
Jue, 25/05/2023
Gracias por tantos años!!!Y los que quedan con Rodrigo!
Gran persona
Mié, 24/05/2023
Un orgullo el poder seguir manteniendo las tradiciones y las costumbres