¿Sabías que los bonsáis simbolizan virtudes como la independencia, la dignidad o la sabiduría?

Fidel es gestor de la oficina de Argamasilla de Calatrava y un apasionado de los bonsáis. Decidió adquirir su primer ejemplar con la ilusión que nace a cualquiera que se inicia algo nuevo. Sin embargo, y aunque estos pequeños árboles pueden llegar a vivir cientos de años (incluso 1.000), el suyo le duró apenas unos días. En un primer momento, apartó la idea de seguir intentado cultivarlos, pero cuando algo te gusta, el esfuerzo y la dedicación son armas capaces de lograr cualquier meta.

“Fue muy curiosa y paradigmática la forma en que decidí empezar en este mundo”, apunta Fidel, que asegura entre risas que la apertura de un Carrefour en su pueblo, Puertollano, hace unos 20 años, fue el detonante de su iniciación en esta cultura. “Cuando entré a comprar vi que había bonsáis y eché uno al carro; pero cuando llegué a la caja me quedé pensando que seguro que se acabaría muriendo y decidí volver a dejarlo”.

No obstante, el destino es caprichoso. Así que Fidel llegó a casa, colocó la compra y encendió la televisión en el momento en que estaban echando la mítica película de ‘Karate Kid’. “Justo salía la escena del señor Miyagi cuidando a su bonsái y, aunque parezca de risa, fue así. No me lo pensé, cogí el coche, volví a Carrefour y me compré un par de ellos”. Desde ese momento, empezó a informarse y a conocer a personas interesadas por este arte en Ciudad Real.

Fidel es autodidacta, aunque reconoce que ha tenido ayuda de algunos entendidos. Hizo un par de cursillos en viveros de la zona, a nivel usuario, y así conoció al que él considera su ‘maestro. “Este chico sabe mucho de bonsáis. Aquí no hay mucha práctica y casi todos somos amateurs; además, es un mundo en el que a los buenos les cuesta mucho contar las cosas. Coger un plantón de un vivero y transformarlo para que dé la sensación de árbol en miniatura tiene su arte, realmente tienes que tener un don”.

Fue en el año 2006 cuando nuestro compañero se adentró en este mundo con un par de bonsáis, poco a poco, con paciencia y con la intención de perderle el miedo, como él mismo nos cuenta. “Lo ideal es comprar varios de poco valor e intentar comenzar a hacer tus esquejes y a equivocarte”. El primer bonsái que tuvo Fidel fue un olmo chino, una de las especies más fuertes y duras, y el tipo de árbol que recomienda para empezar. Pero si tiene que elegir, sus favoritos sin lugar a dudas son los pinos y los arces. Asegura, además, que “tienen una hoja muy bonita y una coloración preciosa en otoño y, aunque son típicos japoneses y el clima de aquí no acompaña, con los cuidados adecuados aguantan”.

Brotación del arce

¡Sigue sus consejos!

La paciencia es la clave. Fidel nos cuenta que este arte requiere de una visión de futuro. Lo fundamental es no desesperar y equivocarse, porque así aprenderemos. “Es importante saber algunas cosas básicas. Por ejemplo, que los bonsáis no son de interior. Aunque a veces lo que tenemos en casa son plantas tropicales, en los salones de nuestras casas no nace un almendro ni una encima, porque necesitan aire y luz natural”.

Dicho esto, y aunque no lo hagamos con el primer bonsái que tengamos, considera importante también el uso de productos específicos. Se trata de tierras específicas y abonos con los que los japoneses llevan trabajando 2000 años y que a día de hoy son fáciles de conseguir y a precios económicos.

Otro tema delicado es el riego. Fidel asegura que, aunque tiene riego por goteo “no se fía” y cuando se va de vacaciones le pide a algún familiar que vaya a su casa a regarlos. “Mi mujer me ayuda muchísimo. Hay que hacerlo a diario y son muchos bonsáis; su ayuda es imprescindible. En verano incluso hay que regarlos por la mañana y por la noche por el calor”. De todos modos, debemos tener en cuenta que “es más fácil matarlos por exceso de agua que por falta”.¿S

¿Sabías que cada bonsái requiere de los cuidados de esa misma especie en su tamaño normal? Por ejemplo, un pino necesita sol, pero un arce solo aguanta el sol de primera hora de la mañana. “Aquí radica muchas veces el error, en intentar tener árboles que no soportan nuestro clima.”

Por último, Fidel nos habla también de la importancia de elegir qué forma queremos darle a nuestro árbol. Él tiene una visión del árbol menos ortodoxa, ya que no le gusta el típico concepto de la triangularidad; prefiere que sea “natural y tenga sus ramas bien colocadas”. Aquí cada uno debemos buscar nuestras preferencias.

¿Por dónde empezamos?

Partiendo de la base de que la principal cualidad de un bonsaísta es la paciencia, este hobby no es un trabajo de un día para otro, hay que ser paciente y tener visión de futuro. Si llegados a este punto, te ha picado el gusanillo, lo primero que tienes que hacer es perder el miedo. “Aunque es un arte milenario, basta con ser valiente, coger una planta, meterle una maceta, cortarle raíces, ramas… no pasa nada”. Y para perder el miedo, tal y como nos cuenta nuestro compañero, lo ideal es empezar con dos tipos de bonsáis, un arbolito que ya tenga un poco de forma y otro que empieces a crear tú mismo desde cero. “Pueden pasar 4 o 5 años hasta que veas resultado de un esqueje, por lo que recomiendo tener alguno ya con forma para seguir perfeccionando a tu gusto y otro que crees tú desde el inicio”.

¡Un pino de más de 50 años!, éste es el bonsái más antiguo que tiene. “Lo compré con treinta y pocos años y lleva conmigo en torno a 20. Es la inversión más importante que hice; me encantó, me di un capricho y lo compré en un curso”. Nuestro compañero ha llegado a tener cerca de 100 árboles en su ‘pequeña’ terraza de 30 metros. Actualmente tiene entre 60 o 70, pero está en proceso de quedarse únicamente con sus preferidos. “Estoy regalando a amigos y familiares que quieren empezar en este mundo; tengo que seleccionar porque no tengo espacio”.

Reconoce que él ya ha conseguido sus metas. “Después de tantos años estoy muy contento con lo que tengo. Todo esto lo he hecho yo desde jovencito, poco a poco y con muchos años de dedicación”. Pero si hay algo que haría especial ilusión a Fidel, es que alguno de sus hijos siguiera con la tradición. “Me encantaría que pasaran de generación en generación, pero bueno, eso el tiempo lo dirá”.

Si te gustan las plantas y, en concreto, los bonsáis, pero no tienes ni idea de por dónde empezar, ¡ya lo sabes! Sólo tienes que pedir ayuda a Fidel y seguir sus consejos.