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Lun, 20/09/2021

Eran las 11 de la noche del 1 de abril de 2009. Ese día, Jesús se quedó viendo la televisión hasta tarde. Se enganchó a un reportaje sobre el Camino de Santiago, que estaban echando en la 2. Cuando terminó, se fue a dormir. Ahora bien, la curiosidad que había despertado en él la ruta Jacobea le mantuvo en vela toda la noche.

A la mañana siguiente, Jesús seguía pensando en aquel viaje hasta Santiago de Compostela. Y así hasta que, tomando una cerveza con su mujer, puso palabras a ese pensamiento que llevaba rondando por su cabeza las últimas 24 horas.

–Si me voy a hacer el Camino, ¿te parecería bien? –le peguntó.
–Sí, pero yo no voy –contestó ella.
–Lo voy a hacer este año.

Y de esta manera es como Jesús Cepeda se embarcó en una de las aventuras que más feliz le haría de su vida.

Camino de Santiago


Comenzó a entrenar. La única motivación que necesitaba eran sus ganas por recorrer el camino más antiguo y concurrido de Europa.  “El primer día anduve un par de kilómetros. Creo que no estuve andando ni una hora y acabé con la lengua fuera. En ese momento pensé que, si quería hacerlo, antes, tenía que quitarme unos kilos”. Dicho y hecho. Contactó con Susana, una nutricionista a la que semanas antes le había dado una hipoteca, se lo comentó y empezó a seguir sus consejos.

Cuatro meses más tarde, estaba preparado para hacer su primer Camino. Lo recorrió junto a su sobrino, desde Ponferrada hasta Santiago. Fue una experiencia “increíble”. Tanto que, en 2011, repitieron. Pero, en esta ocasión, desde Ponte de Lima, una pequeña ciudad situada en el norte de Portugal. “Fue muy divertido”, recuerda.

Desde entonces, 2012 con su hermana y dos sobrinas; 2013 y 2014 con un buen amigo de la adolescencia, que se convertiría también en compañero de viaje de unos cuantos caminos más; 2015, 2016, 2017, 2018, 2019… El Sanabrés, su sendero favorito; el Francés; el del Norte; el Primitivo, el Inglés… Solo y acompañado. Para Cepeda hacer el Camino de Santiago es ya uno de sus planes imprescindibles de sus vacaciones de agosto.

Camino de Santiago


Podrás imaginar la cantidad de anécdotas y experiencias que Jesús tiene guardadas en su memoria de todos estos viajes. Viajes que tienen su propio leitmotiv; un pañuelo de hierbas que siempre se cuela en las fotos y que le recuerda a aquel peregrino que le contó que él, cuando llegaba a un sitio, en vez de hacerse una foto a sí mismo, se la hacía a la mochila. Al ver la mochila, sabía que él también había estado allí. “Me gustó la idea y de ahí viene lo del pañuelo”

Camino de Santiago


Cepeda es de los que piensa que “cuanto más solo haces el Camino, menos solo estás”. Lo comprobó en 2015 y fue para él muy especial. Pocos días antes de partir había recibido la proposición de un nuevo puesto. Este cambio era un runrún que le acompañaba en cada etapa. Una noche, iba andando solo por medio de un bosque de carballeiras y castaños, dejándose llevar por el único sonido de la naturaleza. El bosque dejó paso a un prado y sobre él, un manto de estrellas. De repente, una espectacular lluvia de estrellas deslumbró el cielo. Paralizado, pensó “después de esto, el cambio no puede salir mal”.

Camino de Santiago


Las historias que Jesús vivía en el Camino eran ya conocidas entre sus compañeros. El gusanillo que había creado era tal que, en el puente de mayo de 2017, los directores de Zona de Ciudad Real, Víctor, Raúl y Pepe, junto con el director territorial, Miguel Ángel León, decidieron emprender este viaje juntos.

Como puedes imaginar, hicieron el Camino Sanabrés, pero en esta ocasión, en bicicleta. Salieron desde Lubián, un poquito más adelante de Puebla de Sanabria. Víctor y Jesús, que no estaban tan acostumbrados a la bici, salían siempre un poco antes. Al poco tiempo, lo hacían Raúl y Miguel Ángel. “Iban más preparados que nosotros, pero la verdad es que nunca nos adelantaron. Cuando nos iban a adelantar, parábamos y les dejábamos pasar”, asegura Cepeda, quien recuerda entre risas cómo se las tuvieron que ingeniar para evitar percances porque Víctor fue sin frenos en la bici desde las primeras etapas.

Camino de Santiago


Te estarás preguntando, ¿y Pepe? Pues bien, Pepe hizo el Camino en furgoneta. Tenía la tarea más importante, puesto que era el encargado de que no les faltase de nada y así fue. “Nos tenía como un padre”, añade. 

El colofón a este viaje que, sin quererlo, se había convertido en toda una actividad de team building que les unió mucho como equipo, fue ver la final de la Champions en Santiago. “Somos todos del Madrid y jugaba contra la Juve. El Madrid ganó 1-4. Te lo puedes imaginar. Lo celebramos por partida doble, por el Madrid y por haber llegado ese día a Santiago. Nos lo pasamos fenomenal”.

Camino de Santiago


Hay quien dice que el Camino es un viaje interior a Santiago de Compostela. Una conexión difícil de explicar. Una experiencia única que aúna superación personal, deporte, cultura, naturaleza, amistad… En esto está de acuerdo nuestro compañero, pero a él no le mueve la superación, sino la libertad que siente. “Son de los pocos días del año que hago realmente lo que me da la gana”.

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