Una oficina en la casa un marqués

‘El pueblo de los 80 millones de melones’. Con este titular, el periódico de ‘El Norte de Castilla’ se hacía eco hace unos años de la actividad agrícola del municipio que hoy es nuestro destino: Membrilla.

Con unos 6.000 habitantes, puerta de entrada al Campo de Montiel, a medio camino entre Manzanares y Valdepeñas, nos encontramos con la villa que se autodefine como la Capital del Melón. 

En Membrilla, encontramos la oficina 2049, comandada por Juan Manuel Benadero Castaños, que está al frente del equipo de profesionales de la sucursal desde hace ocho años, si bien lleva 16 destinado en esta oficina. 

El equipo está formado por tres mujeres y combina desde la veteranía de profesionales como María del Pilar Gijón, vinculada a la entidad desde hace más de 30 años; a incorporaciones más recientes, como Rosa María Mateos-Aparicio Arroyo, que entró a formar parte de Globlacaja, hace unos cinco años. Alicia Gallardo Moreno, en el perfil de GSO, completa la familia de la Oficina 2049.

Parte del equipo de la oficina 2049, con el director Juan Manuel Benadero, al frente. En la imagen, María Rosa Mateos (izq.) y Alicia Gallardo (dch.)

La Casa del Marqués de Navasequilla
Membrilla es una de las localidades donde Globalcaja ha renovado su oficina, “a los clientes les gusta mucho, sobre todo porque identifican el modelo que ya lo han visto también en La Solana, en Manzanares…, nos reconocen en esa imagen”, describe el director. 

La oficina de Membrilla presenta la particularidad propia del edificio que la acoge, la conocida como Casa del Marqués de Navasequilla, una casa solariega del siglo XVII-XVIII, que fue adquirida y restaurada por Caja Rural Ciudad Real. Su singular fachada, dominada por ladrillos colocados de formas geométricas, y el patio porticado, donde había una bodega y un molino aceitero, atestiguan los orígenes de esta singular oficina de Globalcaja. 

Un pueblo inversor donde se disputan el negocio agro
Juan Manuel Benadero destaca de Membrilla que es “un pueblo muy inversor, con poca industria y mucha agricultura”. Sí que abundan los negocios de maquinaria agrícola, talleres y concesionarios de tractores. También hay personas que viven del salario que obtienen en grandes empresas cercanas, como la factoría de baterías que Tudor tiene en Manzanares. 

Esto perfila la actividad propia de la sucursal. Aunque Membrilla no vive exclusivamente del melón, puesto que también en su término se cultiva viña, es este cultivo el que más riqueza y movimiento económico genera en la localidad. “Es un cultivo con unos gastos relevantes, genera mucho movimiento de dinero”, admite Benadero. 

Membrilla, cuyo término atraviesa el río Azuer, tiene abundantes recursos hídricos, en cuya búsqueda llegó el cultivo del melón y la sandía en los años 50. “El pueblo es rico en agua, otra cosa es que dejen sacarla, sobre todo en época de sequía”, describe el director de la 2049, aludiendo a la principal espada de Damocles que pesa sobre la economía local, la sequía. 

Con este retrato económico de la localidad, no es de extrañar que el cliente principal de la sucursal de Globalcaja en Membrilla sean profesionales de la agricultura, “aquí tenemos la suerte de que hay relevo generacional en el campo, hay jóvenes que se forman como agricultores y se quedan”. Esto es posible, concluye Benadero, gracias a la rentabilidad de cultivos como el del melón. Claro está que no todas las campañas vienen igual, de ahí que quienes se dedican al campo de forma profesional buscan la diversificación, combinando uva, melón, cebolla e incluso algo de cereal.  

En busca del negocio agro compiten varias entidades financieras en la localidad, “no te puedes dormir en los laureles, vienen con una competencia brutal y enfocan todo al negocio agrícola”.

Aunque el negocio agro es el fundamental de la 2049, la oficina también tiene la actividad propia de los clientes particulares, pensionistas, asalariados y algún pequeño negocio, que tratan de no dejar escapar.